Una emoción necesaria: el aburrimiento

Una emoción necesaria: el aburrimiento

26 Abril 2022
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Desde la más tierna infancia, el aburrimiento ha sido el enemigo número uno y la palabra casi siempre tiene una connotación negativa. Pereza, pérdida de tiempo o tiempo "muerto", el aburrimiento no tiene buena fama. Día tras día, matamos el tiempo a base de ocio, entretenimiento, y, a veces, de trabajo. Sin embargo, el aburrimiento es esencial para recargar nuestras baterías. Aunque la tentación de sacar el teléfono para deambular por las redes sociales o jugar a MONOPOLY Live mientras esperamos el autobús es muy fuerte, es importante ofrecer a nuestros cuerpos y sobre todo nuestros cerebros estos valiosos momentos de respiro. Estos pocos minutos fuera del tiempo son muy importantes para nuestra salud mental, nuestra energía o más bien nuestro bienestar. ¿Y si nos tomamos el tiempo para aburrirnos un poco?

¿Qué es el aburrimiento y por qué nos aburrimos? 

Para muchos de nosotros, el aburrimiento es un sentimiento difuso, difícil de precisar. Lo que sí es cierto es que, para una mayoría de personas, el aburrimiento se define como una sensación negativa, un mal rato, un malestar. ¿Por qué tememos tanto el silencio, la ociosidad y la soledad? Exploramos aquí un enfoque naturalista de estas cuestiones, basado en la suposición de que el aburrimiento es una emoción y que tiene -como otras emociones- una función natural. Entonces, si el aburrimiento es una emoción racional, ¿qué confianza podemos depositar en ella? De forma espontánea, no nos gusta aburrirnos y por eso intentamos evitar ese estado de ánimo. Pero ¿cómo se justifica este comportamiento? ¿Debemos luchar a toda costa contra el aburrimiento? ¿A quién le gusta estar aburrido?

El aburrimiento es un momento transitorio 

Todos tenemos recuerdos borrosos de interminables horas de clase entre la desconexión total y la evasión hacia el ensueño. Pero estos momentos de flotación no deben evitarse necesariamente. El aburrimiento es un momento en el que nuestro cerebro se ralentiza. Para digerir los momentos pasados, para aceptar lo que está sucediendo ahora y para prepararnos mentalmente para lo que viene. Necesitamos estos momentos transitorios para recargar las pilas y estar dispuestos para el futuro. 

El aburrimiento como fuente de creatividad

Si la ociosidad está mal vista hoy en día, hubo un tiempo en el que era el privilegio de los príncipes y los artistas. En efecto, tomarse el tiempo para deambular sin rumbo era considerado como una verdadera fuente de inspiración. El aburrimiento se consideraba entonces como un lujo. 

Si esta sensación sigue siendo desagradable, para Jimena, madrileña instalada en Santiago para sus estudios y aficionada a la costura y al dibujo autodidacta, el aburrimiento ha sido un factor determinante desde la infancia. "Si hubiera estado muy estimulada, con muchas actividades extraescolares, probablemente habría sido menos creativa y curiosa. No habría tenido este temperamento que me empuja a descubrir y aprender por mí misma".

El aburrimiento favorece la concentración y la productividad

Otra virtud del aburrimiento : una mejor concentración. Aburrirse nos permite aprender o reaprender a concentrarnos. En esta situación, las pantallas no nos distraen y el cerebro se acostumbra a concentrarse en una cosa a la vez. Además, el aburrimiento nos ayuda a ser más productivos. Al fin y al cabo, la creatividad es sinónimo de productividad. Por fin, como no queremos encontrarnos de nuevo con esta sensación de ocio, el aburrimiento nos anima a iniciar nuevos proyectos y alcanzar nuevos objetivos.

Reconectar con sí mismo y con los demás

Aburrirse también significa tomarse el tiempo para estar con sí mismo, en nuestro mundo interior. Para algunas personas, no hay nada más difícil. Sin embargo, amansar al aburrimiento puede ser una oportunidad para hacer un balance de su vida, para conocerse más a sí mismo y aprender a conocer a los demás.

Quizás deberíamos permitirnos este pequeño lujo del aburrimiento más a menudo.

Foto: Pixabay